La mezquita-catedral
de Córdoba, antes Santa María Madre
de Dios o Gran Mezquita de Córdoba,
actualmente conocida como la Catedral de
la Asunción de Nuestra Señora de forma eclesiástica o simplemente Mezquita de Córdoba o Catedral de Córdoba de forma general,
es un edificio de la ciudad de Córdoba en
España. Se
empezó a construir como mezquita en el año 785, con la apropiación y
reutilización de los materiales de la basílica
hispanorromana de San Vicente Mártir por los conquistadores musulmanes. El edificio resultante
fue objeto de ampliaciones durante el Emirato de
Córdoba y
el Califato
de Córdoba.
Con 23.400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en
superficie, por detrás de la Mezquita
de la Meca,
siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita
Azul
(Estambul, 1588). Una de sus
principales características es que su muro de la qibla no fue orientado
hacia la Meca, sino 51º
grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas
de al-Ándalus.
No
se conoce el autor de esta magnífica obra, pero se conoce el Emir, de hecho el
primer Emir del Emirato Omeya de Córdoba, que reinaba en el momento de su
construcción; el Emir Abd al-Rahman I. Construida
entre el 785 y el 987. Tal dilación en el tiempo es consecuencia de una serie
de ampliaciones y reformas acometidas por los sucesivos dignatarios del
gobierno de Córdoba entre esos años. La primera mezquita es la que levanta Abd
al-Rahman I entre el 785 y el 788 sobre el solar de la antigua Iglesia visigoda de San Vicente. La primera
ampliación se realiza entre el 832 y el 848, durante el gobierno de Abd
al-Rahman II. Ya en la primera mitad del siglo X Abd al-Rahman III ensancha la
sala y añade un minarete. Las intervenciones de al-Hakam II (962-965), que dan
a la mezquita su aspecto casi definitivo, introducen un sentido monumental y
jerárquico, al estructurar un área especialmente decorada y compartimentada en
torno al mihrab, es decir, la maqsura. Y en 987, con al-Mansur, se
emprende la última y considerable ampliación de la sala de oración o haram.
Pertenece
al arte Hispano-musulmán. Período cordobés. El
arte hispano-musulmán comienza con el
periodo cordobés, que arranca a fines del siglo VIII hasta comienzos del
siglo XI debido al establecimiento de la capitalidad en Córdoba. En el arte cordobés
hay una clara influencia de los edificios visigodos e hispano-romanos, ya que
se emplearon muchos elementos arquitectónicos de edificios ya construidos. Por
tanto es muy característico el uso del arco de herradura semicircular, heredado
de la arquitectura visigoda. Para las cubiertas se usan diferentes tipologías
de bóvedas, entre las que destacan la de gallones y la de crucería. Su edificio
más destacado es la mezquita de Córdoba.
Finalizado
el proceso de ampliaciones, la mezquita quedó con 19 naves que, junto con el
patio, totalizan 180 metros de largo por 120 de ancho. El techo es de madera,
de acuerdo a la costumbre islámica, con 19 hileras de tejado en doble vertiente,
una por cada nave. Tiene un enorme patio exterior, el “patio de los naranjos”,
en el que la disposición de los árboles imita la disposición de las columnas
interiores. Cuatro fuentes invitan a los fieles a las abluciones. La inmensa
sala de oración se abre con su inmenso bosque de 1.300 columnas, de capiteles
algunos corintios estilizados y otros muy desiguales por su diversa
procedencia, y fustes de mármol, con la característica doble arquería,
alternando dovelas de color blanco y rojo, resultado de la combinación de
ladrillo y piedra. El mihrab es de
mármol, lujosamente decorado en yeso y mosaicos bizantinos brillantemente
coloreados sobre fondo de oro y bronce, además de cobre y plata.
Utiliza
una novedosa superposición de soportes: columnas en la parte inferior y pilares
encima, con doble arcada. En la parte inferior se hallan arcos de herradura,
sobre los que se superponen arcos de medio punto. Con esta técnica se lograba
dar más altura a las naves a la vez que permitía transparencia y comunicación
entre ellas. Este sistema se basó en los grandes acueductos romanos y en los
arcos de herradura visigodos, pero lograron una combinación única. Las naves no
se encuentran paralelas al muro de la quibla,
sino perpendiculares, y se cubren con techo de madera a dos aguas. No fue un
templo de planificación global, lo que resulta de las sucesivas ampliaciones
que sufrió. Su carácter monumental lo fue adquiriendo a partir de la
acumulación de construcciones. Revela también otras características generales
de la arquitectura islámica: la reutilización de elementos y estructuras
precedentes, y la tendencia a la horizontalidad.
Podemos
englobar a la obra en la Alta Edad Media. En
la Alta Edad Media la religión era muy importante, y justo, para los
musulmanes, era importantísimo, tanto, que su vida dependía enteramente de la
religión, de ahí la construcción de grandes templos, mezquitas en el caso de
los musulmanes, como la Mezquita de Córdoba.
Sergio Arnau
2º B
2º B
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