miércoles, 6 de junio de 2018

SAINTE CHAPELLE

El lugar más sagrado
Las reliquias de la Pasión se conservaban en una tribuna con un altar elevado, que fue desmantelada durante la Revolución Francesa y reconstruida en el siglo XIX.

Testigo de otros tiempos
La capilla, de la que vemos la fachada principal, quedó intacta tras derribarse el palacio real de la Îlle de la Cité, en cuyo recinto se levantaba; su sitio lo ocupa hoy el palacio de Justicia.

El monarca y su creación
En esta miniatura, san Luis sostiene una maqueta de la Sainte-Chapelle, en cuya concepción debió de participar muy activamente. Miniatura de las Crónicas de Saint-Denis. Siglo XIII.

Las quince vidrieras
Contienen hasta 1.113 escenas, con abundantes referencias a la realeza: vemos a los soberanos del Antiguo Testamento y al propio Luis IX, que porta la corona de espinas.

La iglesia inferior
Las columnas azules con flores de lis son el símbolo de la Corona francesa; las columnas rojas con castillos de oro lo son de Castilla, por ser Luis IX hijo de Blanca de Castilla.

Los doce apóstoles
Sus estatuas, que presumiblemente portaron los símbolos de cada apóstol y de la Pasión, sufrieron repetidas mutilaciones y restauraciones.

La historia de la capilla comienza en 1241 cuando fueron llevadas hasta Francia, de Constantinopla, la corona de espinas, parte de la cruz, el hierro de la lanza, la esponja y otras reliquias del martirio de Jesucristo, que habían sido adquiridas por el rey Luis IX a Balduino, último emperador latino de Constantinopla. El rey francés acudió a recibir estas sagradas reliquias y él mismo entró en París con ellas, descalzo, depositándolas de forma provisional en la capilla de San Nicolás de su palacio, hasta tanto se construyera una capilla digna de las reliquias. La Sainte Chapelle se inició probablemente en 1241 y fue consagrada en 1248.

Arquitectura
La Santa Capilla vista desde el Palacio de Justicia.

El proyecto se debe, probablemente, a Pierre de Montrieul que la edificó en un corto período: de 1242 a 1248. Este edificio es una obra maestra, al punto que algunos consideran que señala el apogeo de este arte. Concebida como un joyero destinado a contener reliquias debía servir, también, como capilla real construida dentro del mismo palacio, en la Isla de la Cité. Se superponen en ella dos capillas, la inferior para la gente común, y la superior para la corte del rey, como era costumbre en las construcciones de los palacios reales de la Edad Media. En principio, no se podía acceder a la capilla alta más que por medio de las galerías superiores del palacio ya que no se contempló la construcción de una escalera exterior.

Capilla baja (o inferior)
La capilla baja, dedicada a la Virgen accesible para la gente común y al servicio de palacio soporta la capilla alta (o superior). El techo, sostenido por infinidad de columnas soporta el peso de todo el edificio; la capilla baja se construyó por su utilidad funcional y arquitectónica ya que permitió aliviar al máximo la construcción de la capilla alta y soportar todo el peso de la misma. Esta parte tiene planta de salón con tres naves; la del centro más grande; de detallada decoración policromada. La superior tiene una nave de 20 m de altura. Sobre cada pilastra se levanta la estatua de un apóstol. La esbeltez de las cortas columnas hace que la bóveda parezca más ligera.
Desde el punto de vista decorativo, se distinguen dos tipos de columnas en la Capilla Baja: las columnas azules decoradas con flores de lis, símbolo de la realeza francesa, y las columnas rojas decoradas con castillos de oro, símbolo de Castilla, por ser Luis IX hijo de Blanca de Castilla.

La capilla alta (o superior)
Capilla superior.

Las paredes de la capilla alta fueron prácticamente suprimidas, reemplazándolas por altos ventanales que dejan pasar la luz. Las vidrieras representan escenas religiosas. Fueron diseñadas situando a los personajes reales según sus cargos, así las que representan al rey David o al rey Salomón están situados cerca del rey. Las vidrieras constituyen un conjunto homogéneo; los colores dominantes son el azul, el rojo y el amarillo que dan, a la capilla, un colorido muy característico. Las ventanas de la nave, de 15,35 metros de alto, por 4,70 metros de ancho, están divididas por cuatro ojivas, encima de las cuales hay un rosetón de 6 lóbulos y 2 cuatrilóbulos (elemento en forma de trébol de cuatro hojas). Las ventanas del ábside de 13,45 metros de alto, por 2,10 de ancho, sólo tienen dos ojivas y 3 trilóbulos (elemento en forma de trébol).

Alec Solá. 2º ESO B

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